Las estrías, también conocidas como striae distensae, son una preocupación común de la piel que afecta a muchas personas. Existen dos tipos principales: striae rubra (rojas) y striae alba (blancas). Pueden aparecer en distintas zonas del cuerpo como el abdomen, senos, muslos, caderas e incluso brazos. Es importante destacar que el 90 % de las personas tienen estrías, por lo que son completamente normales.

¿Qué causa las estrías?
Las estrías son causadas por un estiramiento rápido de la piel, que puede ocurrir durante el embarazo, los periodos de crecimiento acelerado o los cambios de peso. También pueden desarrollarse por el uso excesivo de corticosteroides tópicos u orales, los cuales debilitan la piel y la hacen más propensa a romperse.

¿Se pueden prevenir?
No existe una forma garantizada de prevenirlas, pero mantener la piel hidratada con cremas a base de ácido hialurónico durante el embarazo y realizar masajes regulares puede ayudar a reducir el riesgo de aparición.

¿Cómo se tratan las estrías?
En cuanto al tratamiento, existen muchas cremas y aceites en el mercado que prometen resultados, pero hay poca evidencia científica que respalde su eficacia. De hecho, algunos ingredientes como la vitamina E pueden irritar la piel. Los tratamientos que sí funcionan lo hacen a través de tres mecanismos: mejorar la hidratación, estimular el engrosamiento epidérmico y estimular la producción de colágeno. Para las estrías rojas, también se pueden usar láseres específicos como IPL o PDL para reducir el enrojecimiento.

Para mejorar la hidratación se recomiendan geles de silicona, ácido hialurónico, centella asiática y masajes con aceite de almendras. Para estimular el engrosamiento epidérmico se utilizan retinoides como la tretinoína y péptidos como el Matrixyl. Y para la estimulación de colágeno, se recomiendan retinoides, peelings con ácido glicólico al 20 %, microneedling y láseres fraccionados.